Interiorismo

INTERIORISMO - RIPOLLET


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DESCRIPCIÓN

  • Proyecto donde se recompone en su totalidad una vivienda unifamiliar de tres plantas.
  • Se abordan los interiores, pero de manera que el arquitecto puede implicarse e ir bastante más allá de la simple caja diáfana o del nada desdeñable “laissez faire”. (Siempre me ha impresionado en este sentido el trabajo del arquitecto norteamericano Robert Stern y del austriaco Hans Hollein).
  • Sí al orden y la severidad racionalista, pero con un  pellizco de magia, esa chispa con la que lo postmoderno nos hace volar).
  • Se eligen dos o tres materiales (no más), se intenta ordenar las ideas, y ya podemos coger el lápiz…
  • Desde el primer momento se procura que los materiales  utilizados puedan hacer la guerra en cualquier frente, y para ello nos quedamos con el mármol (rosa Portugal), la escayola y el latón. Los tres (cada uno cuando le toque) se retorcerán como una serpiente y se meterán por todos los rincones (pavimentos, techos, escaleras, paredes, mobiliario, campana de cocina, hornacinas, volúmenes estriados hechos a medida para envolver radiadores o fancoils. equipos de música etc etc) de todas y cada una de las dependencias y en cualquiera de las tres             
  •  La  elección de tres materiales básicos descritos nos lleva a tres colores: blanco en techos y paredes (incluidos zócalos, para reforzar la fuerza de los planos) siempre que no estemos en zonas húmedas, rosa  y dorado (barandas, tiradores, griferías, troncos y anillas de las palmeras) a veces virado a grafito (hojas de las palmeras).
  • En este trabajo los “falsos techos” a base de placas de escayola lisa tienen un gran protagonismo en cada una de las plantas. Se convertirán en una fachada más y serán constantemente  una herramienta que utilizaremos para dar sentido al conjunto. Con ellos iremos aumentando paulatinamente la altura interior desde la entrada hasta la parte más noble de la casa en su zona de estar, como si de una iglesia se tratara camino del altar. Este paralelismo lo podemos apreciar en la zona donde se ubica la escultura central del estar bajo un techo triangular. Cuando se llega a las  escaleras se dibuja sistemáticamente su negativo en la escayola. Otro tanto sucederá en baños, pasos, dormitorios, despachos etc.
  • Las escaleras rotas en varias direcciones y “desparramadas” en su punto de arranque, las palmeras  (una constante de los arquitectos mencionados) y algunos elementos del mobiliario como las sillas de Mackintosh, se utilizarán de forma moderada en las diferentes plantas para provocar la “transgresión”.
  • La luz artificial se ha utilizado también buscando enfatizar las diferentes formas no sólo del techo (mediante  focos regulables invertidos o estanterías “hialinas” de Tusquets con repisa de vidrio incorporada   sino también de algunas carpinterías empotrando en su sección un tubo de neón que reseguirá con luz indirecta y con color en ocasiones,  el trazado de su perímetro). En el comedor se personaliza la mesa con una lámpara de pie y en el estar se utilizan, además de focos halógenos empotrados   y distintos tipos de luminarias las  cinco pessianas (lacadas en blanco, dotadas de motor y proyectables mediante brazos metálicos) para convertirlas en pantallas reflectantes  de la luz que emitirán  otros tantos focos halógenos regulables que se situarán en el exterior de la vivienda.
  •  El resultado final, no es ni mejor, ni peor que el contenedor neutro, pero si substancialmente diferente y  totalmente opuesto a lo que podría ser a un loft.